Los beneficios del ácido hialurónico.
El ácido hialurónico también tiene una importante función estructurante que lo convierte en un elemento clave para mantener la densidad dérmica y, por tanto, la firmeza de la piel.
El ácido hialurónico es indispensable para la hidratación y la suavidad de la piel. Con los años disminuye la capacidad de la piel de producir ácido hialurónico. Su capacidad de retener agua también disminuye con la edad. Entonces la piel se vuelve más fina y seca. Aparecen las arrugas y el aspecto de la piel envejece. La función del ácido hialurónico es hidratar y proteger la piel contra las agresiones externas. En efecto, gracias a su capacidad de elasticidad y a su alto contenido en agua, rellena la matriz extracelular y la regenera para tener un aspecto liso y radiante. Por ello se considera que el ácido hialurónico es el "cemento de la piel".
Unos estudios demuestran que el ácido hialurónico favorece la proliferación de fibroblastos y, por consiguiente, la síntesis de colágeno y elastina. Un ensayo clínico de la universidad de Otsuma* examinó el efecto de la ingesta de ácido hialurónico sobre la hidratación de la piel. Los resultados mostraron mejoras significativas de varios parámetros fisiológicos, en particular la hidratación facial y la suavidad de la piel. Estos trabajos indican que el ácido hialurónico absorbido por el organismo es capaz de atenuar las arrugas y las líneas de expresión, y mejorar la hidratación de la piel. La hidratación es la base de una piel sana, por lo que la acción progresiva del ácido hialurónico ayudará a preservar la salud y la belleza de la piel, y la volverá resplandeciente. Es el activo anti-edad indispensable.