Los beneficios del zinc.

Entre sus funciones esenciales, el zinc contribuye a mantener la visión y las funciones cognitivas normales, como la memoria. También es un elemento clave para tener una buena salud de los huesos. Más allá de estas propiedades, descubre las otras virtudes del zinc que son igual de fundamentales.

El zinc, un elemento clave en los procesos vitales y las reacciones metabólicas.

El zinc interviene en el metabolismo de los ácidos nucleicos (ADN y ARN) y en el proceso de la división celular. Del mismo modo, contribuye al metabolismo normal de los macronutrientes, como las proteínas, los lípidos y los glúcidos. No hay que olvidar su papel clave en el equilibrio ácido-base. El zinc también desempeña un papel en las funciones reproductivas, ya que ayuda a mantener un nivel normal de testosterona en la sangre. Contribuye a una fertilidad normal.

Las distintas funciones del zinc

El zinc y su función protectora.

El zinc es un potente antioxidante y ayuda a combatir los radicales libres, perjudiciales para el organismo. Al intervenir en la actividad de una enzima, la superóxido dismutasa (SOD), el zinc protege las células contra el envejecimiento prematuro. Además de su función de defensa contra el estrés oxidativo, también contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario. Por lo tanto, el zinc es un micronutriente primordial para apoyar tus defensas naturales.

Una función importante para la salud y la belleza de la piel.

Sus funciones no se detienen aquí: el zinc también es muy valioso para la belleza. En efecto, contribuye activamente a mantener sanos la piel, las uñas y el cabello. Además, contribuye a una síntesis proteica normal. No olvidemos que el colágeno es la proteína mayoritaria de la piel. Asimismo, el zinc interviene en el metabolismo de la vitamina A, que está concentrada en la piel de forma natural.

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