¿QUÉ NECESITO?

Muchas personas os preguntaréis cuál es la diferencia entre un detoxificante y un drenante. La respuesta es muy sencilla, solo hace falta fijarse en su nombre. Un detoxificante ayuda a eliminar las toxinas que son los residuos o las impurezas que nuestro cuerpo acumula. En cambio, un drenante, ayuda a eliminar el exceso de líquidos que retenemos.

¿Y cómo sabemos que es lo que necesitamos? Pues escuchando y observando nuestro cuerpo. Si notamos que estamos haciendo menos pipí, que se nos hinchan los dedos o los tobillos, que nos levantamos con bolsas bajo los ojos, lo que necesitaremos es un drenante. Pero ojo, un drenante junto con unos buenos hábitos, como: -tomar;menos sal, grasas y azúcares, beber agua (mínimo 1,5l de agua al día), tomar alimentos ricos en potasio (plátano, sandía, melón o verduras como los espárragos y las alcachofas), y realizar ejercicio.

¿Y cuándo utilizamos un detoxificante? Tras periodos de excesos, como las navidades, las vacaciones, personas fumadoras o cuando comemos -y bebemos- demasiado. También pueden ayudarnos cuando notemos que tenemos las digestiones pesadas, trastornos del tránsito intestinal, fatiga o acné

Nuestro cuerpo cuenta con cinco órganos que nos ayudan a eliminar las toxinas acumuladas: que son el hígado, los riñones, la piel, los intestinos y los pulmones. Pero hay plantas, como el desmodium o cardo mariano, que destacan por ayudar a mantener la función del hígado y a su regeneración normal.

Ahora, ¡hazlo por ti!